Esta vez fue el turno del deporte, y el invitado a conversar con los y las estudiantes fue Ariel Greco, que es periodista de la sección deportes del diario Página/12, también es docente del Taller de redacción de Deportea y responsable de una aplicación de fútbol para celulares (Nokiagol), que envía noticias actualizadas a los usuarios que se suscriben.
Para comenzar, Ariel contó que trabaja en el diario desde 1998, y se desempeña como subeditor de su sección. En este medio es una sección chica (son sólo cuatro periodistas) y por eso él ve que hay ventajas y desventajas.
Entre estas últimas aparece la imposibilidad de “estar en todos lados”, es decir, hacer las coberturas de los hechos asistiendo a cada evento (ellos muchas veces lo hacen con la imágenes que transmite la TV). Lo que además significa que a veces ciertos sucesos quedan como detalles a los que no se les puede asignar tiempo ni espacio de cobertura. También considera que el hecho de estar poco cerca de los protagonistas hace que te conozcan poco, y por eso no siempre accedas a la última información. Reconoce que esta limitación provoca que ciertos temas se cubran con poca profundidad.
Pero como ventaja señala que al ser pocos, tienen más diálogo entre ellos, y a veces más chance de cubrir temas importantes.
– ¿Trabajaste para otros medios?
Sí, hace tiempo tenía un programa de radio en FM La Tribu, se llamaba “Pelota al medio”, y además hacía columnas de deportes en el magazine de la mañana.
También hice algunas colaboraciones en revistas, como XXIII y Tercer Sector. Básicamente no era de deportes sino sobre deportistas que hacen acciones solidarias. Por ejemplo, una nota con Emanuel Ginobili sobre la tarea social que lleva adelante.
– ¿Cómo empezaste con esta carrera?
Yo estudiaba Ingeniaría Aeronáutica en La Plata. Había venido desde Mar del Plata, no trabajaba, porque mis viejos podían bancarme para que estudiara. La cursada era muy complicada, si no aprobabas un parcial, había que recursar, no podía dejarla y dar después el final. Eso te trababa mucho con las correlativas.
Cuando estudiaba en el secundario, jugábamos al handball, y yo hacía las crónicas de los partidos y las publicábamos en el periódico de la escuela, siempre me gustó mucho el deporte.
Un año me trabé con una materia, y no podía cursar mucho, sólo una por cuatrimestre, entonces, como tenía mucho tiempo libre, me anoté en Deportea, para ver cómo era. Y me encantó. Y tuve la suerte de que un profe trabajaba en el diario, y como estaban por abrir un suplemento de deportes me llamó para trabajar ahí. Fue una decisión difícil, porque yo creía que iba a seguir con ingeniería. Pero con la cursada de periodismo y el laburo, era mucho. Y como me gustó más, seguí.
– ¿Cómo es formarse para ser periodista deportivo?
Es importante que no sólo te guste el deporte, sino también el periodismo. Te puede gustar mucho ver un partido y charlarlo con tus amigos, pero eso no alcanza. En el trabajo, no siempre vas a cubrir lo que te gusta. A veces se idealiza, uno ve caras de algunos personajes famosos, a los que le va bien, se divierten, pero eso no es todo. El periodismo deportivo no es como Fantino, eso le pasa a una minoría.
El trabajo a veces se hace difícil, porque tenés que cubrir un partido del ascenso, por ejemplo, y el acceso a la cancha e complejo, llegás y hubo lío, terminás en la seccional preguntando si hay detenidos…
Y a veces eso te pasa mientras está jugando tu equipo, y vos no podés verlo.
– ¿Y de qué cuadro sos?
No se dice el cuadro cuando uno trabaja de esto, porque pueden pensar que no sos imparcial, o que si sos conocido y vas a cubrir a otro equipo te miran mal. Cuando uno opina, esa opinión tiene que estar fundamentada, con datos “objetivos”, si no queda en evidencia tu visión personal, y ese no es tu trabajo.
Igual, vas perdiendo un poco la pasión por tu equipo, porque primero tenés que estar pendiente de tu trabajo, y no podés seguir a tu equipo como prioridad, pero además te vas enterando cosas, y sabés de ciertos negociados y cosas raras y no te hacés mala sangre por tu equipo, porque esa gente no está tan comprometida.
– ¿Qué opinás de Grondona?
Es el único funcionario que está desde la dictadura, hace 30 años, te da una idea de quién es. Vila ahora lo quiere sacar, pero no porque se haya dadao cuenta de lo que hace, sino porque piensa que puede llegar él.
Grondona además es el tesorero de la FIFA, que es una empresa multinacional más fuerte que cualquier gobierno. Por ejemplo, si la justicia nacional se mete en un tema de la AFA pueden desafiliara de la FIFA. Grondona tiene ese poder. ¿Se tendría que ir? Probablemente sí, pero lo votan y sigue. Porque a los clubes los “ayuda” cuando tiene problemas financieros, para pagar los sueldos, por ejemplo, y entonces los directivos después lo respaldan con el voto.
– ¿Cómo es un día en la redacción?
Está el director del diario y los jefes de cada sección, que son los editores.
Al inicio de la jornada, a la tarde, se juntan los jefes, discuten los temas del día y asignas la cantidad de páginas de cada sección. Después, cada editor les asigna a los periodistas el tema sobre el que van a escribir, obviamente, muchas veces es el que estaban cubriendo. A veces, a la mañana fuiste a un entrenamiento, o hiciste una entrevista, y te ocupás de eso. Otras veces, tenés que irte a cubrir un partido (a la cancha o por la tele, dependiendo de cuántos seamos y cuántos partidos haya o dónde sean)
Mientras, el editor se va a diagramar la página, y ahí se resuelve la extensión de cada nota, y la ubicación en la sección.
Cada redactor escribe, de acuerdo a lo que le pidieron, pero tenés que respetar la cantidad de líneas que te pautan, no más, pero tampoco menos. A veces, se puede acordar algún cambio, depende de la importancia de lo que estás escribiendo. Pero lo que no se puede modificar es el espacio de las publicidades de cada página.
Después pasa al jefe de la sección, que hace la tarea d edición: lee la nota, pone títulos, bajadas, volantas, elige la foto y escribe el epígrafe.
Con el título, a veces se “vende” más una nota, otras veces, si es un poco conflictivo el título elegido el periodista puede decir que esa no era la idea que se quería desatacar, se charla.
Cada diario le da más despliegue a ciertos temas, según su público. Por ejemplo, La Nación escribe más sobre polo, rugby, jockey y tenis, porque a sus lectores les interesa. Y Crónica, que apunta a un público más popular, cubre sobre todo fútbol, boxeo y automovilismo.
– ¿Tenés limitaciones para escribir? De tipo “esto sacalo”…
Así directamente, no. Pero sí suele pasar que haya algunas cosas que tener en cuenta. O a veces uno dice cosas que resultan muy fuertes y el editor las suaviza.
Lo importante es tener siempre en mente que para publicar algo tenés que tener pruebas de que es así, o el testimonio de varias fuentes independiente que lo confirmen. (Fuentes, son las personas que te cuentan sobre un tema).
Sé que en otros medios no se podía hablar de ciertas personas, por intereses económicos del medio.
– ¿Cómo eligen las fotos?
Hay un editor fotográfico. Muchas veces lo conversan entre editores, y discuten el enfoque o criterio periodístico versus el criterio estético. La foto debe aportar información, pero a veces, es la única que hay…
Cuando no hay foto, hay que ingeniárselas para tener una, no puede ir nota que encabece la página sin foto. Hubo veces, que de algún partido en el interior no teníamos foto y hubo que ingeniárselas, poner una del técnico por ejemplo, sin que se vea la cancha.
– ¿Cuáles fueron las notas o coberturas que hiciste que más te gustaron?
La final de la Copa Davis, fue una. O el preolímpico de básquet. Estar con esos monstruos, son re grossos, pero tienen una humildad increíble. La “ventaja” con el básquet es que aunque sean tan “famosos” no es como en el fútbol, a estos te podés acercar, charlar tranqui con ellos. Por ejemplo, a Riquelme es casi imposible hacerle una nota. Otra cosa fuerte fue el mundial de Alemania, una linda experiencia, complicada con los horarios, eso sí.
-¿Cómo es la relación con las fuentes?
A veces, acercarte mucho a los protagonistas hace que elijas no publicar ciertas cosas para no mandarlos al frente. No deberías hacerte amigo de los protagonistas. La ventaja, si está en la buena, es que te da las notas, tenés primicia. Pero cuando viene la mala tenés presión par no escribirla. Estar más cerca de llega información de primera mano, de más “afuera” tenés más distancia para decidir publicarlo.