Encuentro con periodistas: Horacio Cecchi



En un nuevo encuentro con periodistas, contamos con la visita de Horacio Cecchi (Cronista y Editor del diario Página 12 y docente universitario). La charla se realizó en la EEM 2 DE 17 “Rumania”. La organización estuvo a cargo de la profesora Eva González y se realizó en el laboratorio, que estaba acondicionado para la actividad.
Antes de comenzar, el vicerrector de la institución dio la bienvenida al invitado y a los alumnos participantes, chicos de la misma escuela (de los turnos mañana y tarde) y alumnas de la EEM 1 DE 13, de Lugano, que fueron especialmente para la charla. En sus palabras, destacó la posibilidad que se brindaba para contextualizar las prácticas profesionales y tener una conexión con la realidad y el futuro, además de instar a los alumnos a que lo aprovecharan.

Para comenzar, Horacio Cecchi decidió narrar cómo había llegado a dedicarse a lo que hace actualmente. Contó que había comenzado como fotógrafo deportivo; que él jugaba al rugby y que había comenzado sacando fotos en ese ámbito y que se publicaron en una revista y en diario La Prensa. Tanto le gustaba la actividad, que su mamá le había regalado una ampliadora, y hacía el revelado en su casa.
Con el tiempo, fue a pedir trabajo de fotógrafo en Perfil, y le dijeron que no. Pero le ofrecieron trabajar como cronista. Aunque un poco lo dudó, porque nunca había escrito “tan en serio”, tomó el trabajo y así comenzó su desempeño como periodista. Recordó la primera nota que tuvo que escribir: era sobre el casamiento de un muchacho de 15 años, que trabajaba en un frigorífico. Si bien le habían pedido un informe, el fue hasta el barrio, charló con la gente, recorrió el lugar y al escribir intentó plasmar todo, incluso la ropa que tenía, el olor particular del frigorífico.
Como siempre le habían gustado las novelas policiales lentamente fue intentando tomar esos temas, y de a poco fue buscando una manera interesante para contar lo que tenía que decir. Cuando comenzó a trabajar con temas de los que generalmente se conocen como “policiales”, intentaba escribir distinto a como solía (suele) hacerse, pero sin saber muy bien cómo, cree que era más intuitivo que otra cosa. También consideró que todas las notas tienen que empezar con una investigación, para ver qué es lo especial en cada caso, quiénes están en esa historia, qué dicen. Y entonces, cuando uno se va metiendo, se puede contar con una perspectiva diferente a la que la mayoría tiene.

Luego, Cecchi contó sobre la trama de uno de sus libros, el que escribió sobre la masacre de Villa Ramallo. Antes de avanzar, consultó a los alumnos sobre el tema, si lo conocían o lo habían oído nombrar siquiera. Una de las alumnas aportó los datos centrales de la trama: un banco, rehenes y muertos. Relató que a partir de cubrir el tema para el diario, fue creciendo su interés y comenzó a profundizar en la historia, y comenzó a entrevistar a familiares o gente cercana a la banda y supo que había habido connivencia policial. Terminó aportando pruebas a la causa y luego declarando como testigo.
En su relato, destacó la importancia de cuestionarse las cosas, no creer todo porque apareció “publicado”, que las cosas no son siempre “como te las cuentan”, que hay que tener ganas de ver qué hay detrás, escribir la otra cara.
Y a continuación compartió dos anécdotas de notas que había tenido que cubrir en su carrera. Una fue la caída del glaciar Perito Moreno. Contó que una tarde había llegado al diario y el editor le había propuesto viajar en el avión presidencia para cubrir el hecho. Pero el problema era que no tenía tiempo de volver a su casa y prepararse el equipaje, por lo que se fue “con lo puesto”, de jean y remera, y tuvo que esperar horas, frente a la masa de hielo que estaba por romperse (pero no lo hacía), así, sin campera. Pero más allá del frío que pasó, la dificultad se planteó cuando tuvo que sentarse a escribir la nota, cómo explicar, cómo trasmitirles a los lectores la sensación que había vivido, lo tremendo del sonido que producía ese fenómeno natural. Y finalmente, la nota comenzó con una onomatopeya que buscaba imitar ese ruido “Rrrrruummblee, crashhhh, splashhh. Ohhhh, ahhh, uhhhh.” (puede leerse la nota completa en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-32635-2004-03-14.html)
La otra, tenía que ver con una “invasión” de ratas que se vivió en Villa Soldati, y a cual tuvo que “asisitir” con la consigna de contar una historia “divertida”- según expreso pedido del editor-. En el camino desde el diario, recordó un cuento de Julio Cortázar en el que se da una batalla contra unas ratas gigantes. Y a partir de esta idea, y de un caballo enano al que vio al llegar al lugar pudo contar el reclamo de los vecinos y cumplir con la consigna que había recibido.

Una vez que comenzó el espacio de preguntas, los alumnos quisieron saber cómo era la “rutina”, un día en el diario. Horacio contó que desde la mañana estaba atento a las noticias, a lo que iba sucediendo, porque siempre tiene que estar informado. Al llegar la diario, a temprano a la tarde, hay una primera parte de la tarea que consiste en ver los temas del día, ver los cables de las agencias y seleccionar aquéllos que sean más interesantes o importantes para ser contados en la sección en la que trabaja (Sociedad, es decir lo temas de información general). Y en este “recorte” se empieza a ver la forma en que uno mira la realidad, qué selecciona y qué descarta lo refleja. Más tarde, tal vez después de cubrir una nota, comienza lo más complejo: poder escribirla en la cantidad de líneas que se esperan, y con la esquizofrenia que a veces genera escribir “ayer” cuando las cosas pasaron “hoy” (pero los lectores las van a leer mañana). Considera que es divertido, pero que hay que acostumbrarse, hay que ir tomándole la vuelta.

A continuación, incluimos el extracto diálogo que se estableció con los alumnos
– ¿En qué medida la prensa gráfica puede provocar discriminación?
Enorme. Con una mirada discriminatoria en el medio o en el periodista eso se traslada a la nota e instala en el tema. Esto se ve muy frecuentemente, a quiénes se llama menores y quiénes son los niños, o cuándo se habla de asesinato o de crimen pasional.
– ¿El trabajo que hace en Página/12 lo podría hacer en otros diarios como Clarín?
No, porque es una empresa enorme, con otro formato, otra organización, hay mucha distancia con los periodistas, en el vínculo digo, entre los que trabajan. En Página en más horizontal, es más amplio, da más acceso el diario a contar lo que pensás. Clarín es más rígido, con sus negocios, allá arriba la empresa, y abajo lo periodistas. A mí no me gustaría trabajar en Clarín, es personal.
– ¿Alguna vez hizo una nota en Fuere Apache? (Nota: muchos de los alumnos de la escuela son de ese barrio, y ahora están haciendo un documental sobre el tema)
Sí, dos, relacionada al momento en que iban a tirar uno de los módulos. Entré para habar con la gente y contar lo que ellos veían, qué decían.
– ¿Qué prensa en particular estigmatiza a un sector social determinado?
Desde las crónicas policiales que se publican habitualmente, toda la prensa que trabaja con la idea de que los problemas sociales se resuelven con castigo, en vez de resolverse con “resortes” sociales, si creen en la aplicación punitiva del Estado, el etiquetamiento, caen en la persecución, que deviene en discriminación, y se multiplica en la sociedad.
– ¿Qué opina del trabajo de Cristian Alarcón?
Fuimos colegas. Me parece muy interesante, y novedoso, pero es diferente al tipo de tarea que encaro yo.
– ¿Qué diferencias ve entre cubrir un policial y hacer una investigación?
Para mí, lo importante es contar qué pasa y por qué pasa, siempre hay que encarar una investigación, para entender. La investigación no es una “especialidad”, es una estrategia de trabajo. Si uno no investiga, cuenta lo que dice el otro.
– ¿Qué lo incentivó a crear a página “Lo que quedó en el tintero”?
Poder contar cuestiones que, por el “recorte” que se hace de las noticias se quedan sin contar, elegir algunas de las que quedaban afuera. Después le fui agregando mis notas, y también trabajos o presentaciones de otros, que me parecen piolas para difundir.
– ¿Le parece que así tendrá más llegada a los adolescentes?
No lo había pensado así, pero ojalá así sea.
– ¿Alguna vez recibió amenazas?
No directamente. Pero cuando hicimos la investigación sobre Ramallo hubo alguna, tuvimos que ir a declarar con custodia.
– ¿Está pensando en sacar otro libro?
Sí, estoy escribiendo uno sobre las cárceles, pero todavía no tengo claro cómo cerrarlo. También me gustaría escribir un con crónicas de viajes y oro sobre la villa 31, pero todo junto no se puede.
– ¿Qué sensación le genera ver otras notas sobre el mismo tema que escribió pero que tiene una mirada opuesta?
Me da alegría, yo busco diferenciarme. Intento encontrar la manera de reordenar la información para hacerlo distinto, pero conservar la atención del lector.
El periodista tiene que ser crítico, debo estar convencido de lo que digo, eso es hacer un periodismo “militante”, sostener el propio punto de vista.
– ¿Cree que la Ley de Medios ayudaría?
Sí, claro, facilita la formación de grupos que tengan acceso a un espacio de difusión que antes no tenían. Esto hace a un mejor funcionamiento de la sociedad.




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