Una mujer rompió todas las barreras, desde muy chica tuvo que salir a trabajar y enfrentar una cuidad, que no conocía.
Así comienza la historia de una mujer común, que hoy vive junto a sus cuatro hijos, pero sobre todo lleva una historia dolorosa. Aunque ella misma afirma que esto la ayudó a crecer como persona.
A los diez años se vino a vivir a Buenos Aires, dejando atrás a su familia que vivía en Tucumán. Empezó a crecer a los golpes, trabajando en una casa de familia judía, donde la maltrataban y no la dejaban salir. Tenía que estar todo el tiempo encerrada. Cuando tenía 22 años, salió por primera vez a bailar, y conoció a una chica que años después la ayudaría a cambiar de trabajo y se tornaría una de sus mejores amigas.
Conoció a un chico mayor que ella, con quien se terminó casando y tuvieron cuatro hijos. Rechazada por la familia de él por el sólo hecho de haber dejado a su familia y haber venido a vivir sola.
Tiempo después, enfrentó uno de los mayores desafíos: la muerte de su esposo. Quedó sola, tuvo que salir a trabajar para poder llevarle un pan a sus hijos. Comenzó a trabajar cama adentro y dejó a sus hijos con una tía. Aparecieron muchos obstáculos, familiares que reclamaban dinero, personas que no querían que ella cobrara una pensión. La misma que años atrás se habían apropiado de una casa.
Aunque hoy esta mujer vive dejando a todos, lucha por salir adelante, dejando atrás todo el pasado.
Magalí Zalazar 5º4º / Escuela Media Nº 7 DE 7 “María Claudia Falcone”